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Pgs. 1    2    3    4    5    6    7    8    

Hasta aquí, lo único que he hecho es construir semiesferas, las dos de la Fig. 1. Mi último movimiento ha sido conseguir una esfera alámbrica completa a base de dos semiesferas complementarias. Pero visto que los elementos alámbricos de cartulina (los perfiles en V) desfiguraban bastante el resultado final pensé que mejor solución tendría empleando palillos de dientes de pequeña sección circular, pero de gran resistencia, especialmente al pandeo.


Naturalmente, hube de cortar a medida los palillos según la longitud que exigen los lados de los triángulos. La madera es más dura de lo que yo esperaba, así que tuve que ejercitarme como consumado aizcolari.


Ambas semiesferas palilleras están construidas mediante un andamiaje piramidal semejante al de la Fig. 3 pero en esta ocasión ejecutado en papel. Tuve que repetir todas las pirámides triangulares adosando después a las aristas de sus bases los triángulos correspondientes a las cuatro configuraciones triangulares distintas exigidas por la construcción.


Debo decir que todas las pirámides de papel empleadas en la primera semiesfera sirvieron para construir la segunda una vez despegados de sus bases los correspondientes triángulos palilleros.


Al final resultó la semiesfera de la Fig. 13  que dio lugar, con su complementaria, a la esfera completa de la Fig. 14. Al hablar de semiesferas complementarias me refiero a que en la Fig. 13 no existen las bases de los triángulos equiláteros ecuatoriales, y en su otra complementaria, sí.

Fig. 13

Fig. 14

Como cabía esperar, el resultado palillero es mucho mejor que el de los perfiles de cartulina, aunque tampoco es perfecto. Incorpora éste unos nuevos defectos propios de su construcción: Todas las aristas de palillo tienen un extremo puntiagudo y otro romo; los nudos hay que amarrarlos con hilo que se cubre después con cola blanca; la construcción resulta dócil a lo esférico, pero se resiente de los defectos de medida y construcción contra los que hay que reaccionar a la hora de los amarres. También la cúpula de Fuller tiene que estar firmemente atornillada en todos sus nodos.


Por cierto, estas últimas se construyen simplemente con intención de cobertura. No son estructuralmente resistentes. Sólo resisten su propio peso, el de la nieve que pueda caer y el efecto del viento. De hecho, la famosa cúpula de la Expo de Montreal sirve actualmente para alojar bajo su cubierta un museo de la ecología que se ha construido dentro de ella. La cúpula sigue siendo un lujo que embellece el paisaje.


Sin embargo, pienso que una estructura así puede convertirse en resistente aprovechando la excelente cualidad de cohesión de la esfera. Naturalmente, los perfiles deberían ser los adecuados al caso y la cantidad de paralelos determinaría el número de pisos con suelos colgados y el de los triángulos a desplegar en sus diferentes formas.


Además, una estructura esférica resistente no tiene por qué limitarse al modo de semiesfera. Puede partir del suelo desde algún paralelo inferior a su ecuador. Y apurando mucho su altura, puede apoyarse en un paralelo mínimo con tal de que la propia esfera se apuntale desde el suelo a paralelos superiores o incluso al ecuador. Con todo ello se aumentaría el volumen edificado útil.