Estás en: Mingote, una Antología del gesto

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Que el audiovisual era una obra de aficionado no hay que recalcarlo porque saltaba a la vista y al oído, pero sobre ello sí debo decir algo. Mi labor de copia, adaptación, montaje y transformación de la versión analógica a la digital me ha permitido apreciar una cosa que sin ese trabajo, a veces arduo, me habría pasado inadvertida. Ello es que el trazo, los rasgos, la intención, la composición, el lenguaje del gesto, en definitiva, que es el gran hallazgo de Mingote, puede con todo: es algo tan elevado, que, a su lado, cualquier defecto o deficiencia del copista, resulta pura menudencia.


He tenido que ver y escuchar muchas veces el conjunto para afinar en la sincronización de audio y vídeo, y tengo que decir que no me he cansado de admirar cada vez matices nuevos en la obra del Maestro Antonio Mingote.


Quisiera recordar a título personal, si se me permite, una anécdota que presencié al final de la presentación pública del audiovisual. Alguien porfiaba con su vecina de butaca (que resultó ser mi hija) en estos términos: " ... es imposible que esto lo haya hecho un ingeniero!"


Pues no es imposible, sino real. Por cierto, a esa presentación pública acudió Mingote con su admirado humorista Mena, que me fue presentado por el Maestro: Circunstancia ésta que confirmó mi sospecha de que el audiovisual había gustado a mi querido Mingote. Recuerdo asimismo con complacencia que Mingote al final fue firmando los autógrafos que le pedían, con un dibujo como éste: (el seis y el cuatro, la cara de tu retrato, olfateando una flor).

A propósito de lo gestual, he retenido la siguiente observación que me hizo Mingote: "Una cierta cosa no la puede decir más que un personaje en una cierta actitud". Y añadía : "No vale hacer siempre el mismo dibujo y ponerle pies distintos cada vez".


Asimismo, a mi pregunta de por qué no pintaba más a los niños, respondió: "Los niños son unas personas muy serias que hay que tratar con mucho respeto".


Otra cosa es que Mingote utilice hábilmente los símbolos que él mismo ha creado: La pareja tétrica de los castillos de La Codorniz; Aristócrates y Demócrates; Arturo y Pepe; el señor de negro; las señoras gordas; las señoras pánfilas; Gundisalvo; los primitivos agresivos, etc. etc. Él mismo me confesó que "... aprendí a dibujar a base de experimentar: siempre estoy experimentando; pero es preciso estudiar para no inventar lo ya inventado". Su ideal es el dibujo mudo, que encuentra muy difícil: de ahí su admiración por Mena. Por mi parte yo encuentro en el grafismo de su obra tres épocas: de 1945 a 1960, la de La Codorniz; de 1960 a 1980, un dibujo estilizado que me recuerda mucho al anterior de Jesús Bernal; de 1980 en adelante, tendencia al cubismo: en el audiovisual hay un mendigo que, aunque desarrollado en un estilo muy propio, recuerda la composición de Las señoritas de Aviñón picassianas.


En junio de 2004 presenté la versión digital del audiovisual en el salón de actos del IIE (Instituto de la Ingeniería de España). Yo era entonces vocal del Comité de Terminología del Instituto que trabajaba en contacto con la Real Academia aportándole definiciones de términos técnicos para el Diccionario de la RAE. Cada año, el Comité ofrecía una mesa redonda sobre su trabajo que, naturalmente se orientaba al lenguaje. Se aceptó mi propuesta que suponía un guiño, no excesivo, desde luego, al matizar el asunto concretándolo como lenguaje del gesto. Y dada la circunstancia añadida de que el inspirador de la obra era precisamente un académico.


Y ahora, ya perdida totalmente la vergüenza, me apetece referir una última anécdota. A la anterior presentación invité a mi amigo el físico Andrés Gómez Pitarch que estaba en la lista de mis próximas víctimas. Recibida la invitación, se encontró con mi mujer y se fue de la lengua: le confió que ya conocía el audiovisual por haber asistido a la presentación de 1983.


Naturalmente me gané la bronca de mi mujer, por pesado y falto de delicadeza. Cuando vi asomar a Andrés en el salón de actos minutos antes de comenzar la sesión, me fui corriendo hacia él para ofrecerle mis excusas. No te esfuerces, me contestó gentil: "yo siempre estoy dispuesto a leer el Quijote una vez más ..." (Ustedes disimulen la comparación)


BIBLIOGRAFÍA


A. Mingote: Historia de la gente; Arturo y Pepe; Historia del traje; Hombre solo; Hombre atónito; Historia de Madrid; diversas colecciones de chistes.

Julius Fast: El lenguaje del cuerpo.

Flora Davis: La comunicación no verbal.

Marañón: Ensayos liberales.

Philip Lersch: El rostro y el alma.

Julio Camba: Etc. etc.

Ortega: Ensayos.


MÚSICA


Beethoven: Sexta Sinfonía, Pastoral.

Sibelius: El cisne de Tuonela.


ACLARACIÓN


La presentación que sigue sólo muestra las imágenes y los parlamentos del audiovisual original. Se ha perdido mi voz mezclada con la música.




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